domingo

No uno, sino "el" mandamiento

Qué mayor garantía que la de saber que este mandamiento salió de los labios del mismo Jesús. "Amor" no es una mera palabra, ni un mero sentimiento, ni siquiera una actitud. Amar es fundirse con el otro.

Evangelio: Mt 22,34-40

Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?". Él le dijo: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas".

Fruto:
Hacer la experiencia del amor de Dios en mi vida, reconociendo su presencia constante en cada acontecimiento, especialmente en aquellos que me acercan más a Él.
Pautas para la reflexión:Nuevamente nos encontramos ante un texto donde sólo buscan probar y provocar al Maestro. Y nuevamente, conociendo sus corazones, les responde sin faltar a la verdad. Pero, en esta ocasión, tenemos que agradecerles a los fariseos el que Jesús se haya pronunciado en relación al mandamiento principal. Dejando así claramente expresado que el amor es lo principal en la vida de todo cristiano.

1. Lo que se entiende hoy en día por "amor"Una palabra tan sagrada y, al mismo tiempo, tan banalizada por la sociedad, especialmente por algunos medios de comunicación que se empeñan en presentar una caricatura del amor. ¿Qué es lo que se escucha hoy en día sobre el amor? Infidelidades, aventuras, sexo desenfrenado, rebeldía, desobediencia a las leyes, crímenes pasionales, crímenes egoístas. Todo en nombre del amor. Por una caricatura del amor, una madre es capaz de matar a su hijo que lleva en el vientre mediante el aborto, o como se busca disfrazar hoy en día: "Una mujer que busca desechar de su cuerpo un producto no deseado". Por una caricatura del amor, se mata a un anciano o a un enfermo terminal, disfrazándolo de piedad, "para que ya no sufra"; pero eso sí, todo en nombre del amor. Vivimos en una sociedad donde se desfigura a diestra y siniestra el amor.
2. El amor a DiosY Jesús nos dice que hay que amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda nuestra mente. Porque el amor engloba a toda la persona, no sólo el aspecto orgánico y sentimental, como suele ser entendido malamente el amor: "Te amo porque siento bonito", pero en cuanto ya no siento bonito, entonces el amor desaparece. No, Cristo nos lo dice claramente, así era entendido desde el principio, así el ser humano lo descubre en su misma naturaleza: el amor engloba todo: corazón, alma y mente. Es decir, entrega plena de voluntad, de inteligencia, de libertad. Un amor donde se vive de plenitud en la entrega. Dios que se da a sí mismo y el hombre que se entrega a sí mismo. Dios que nos da la vida y el hombre que le devuelve a Dios la vida a través de actos concretos: oración, vida sacramental, testimonio, caridad cristiana, compromiso en la fe, trabajo apostólico, vida familiar cristiana.
3. El amor al prójimoNo se puede amar a Dios si no se ama al prójimo. O quien dice amar a Dios pero habla mal de su prójimo, es un mentiroso. El amor al prójimo también se mide en la donación. En el modo como nos comportamos con nuestros semejantes: respeto, deferencia, cordialidad. Comete una falta al amor quien sólo se dedica a hablar mal de los demás mediante el chisme o las calumnias. A veces se oye decir: "Yo no me confieso porque no comento nada malo"; y las escuchas hablar y sólo hablan chismes y calumnias de los demás, pero "no comenten nada malo". Sólo aniquilan la honra de sus semejantes, inyectan el veneno de la maledicencia con su lengua, pero "no hacen nada malo". El amor al prójimo comienza en estos detalles. Y Cristo nuestro Señor lo matizó en la última cena: ámense como yo los he amado.
Propósito: Pediré perdón a aquella persona que haya ofendido hablando mal de ella.

No hay comentarios: